Contrariamente a lo que mucha gente piensa, la felicidad no depende de la suerte, ni de los bienes materiales, ni esta supeditada a nuestro poder adquisitivo. Depende únicamente de nuestro interior, que es en definitiva el que determina el significado que damos a cada acto o situación. Según nuestra manera de ser y del grado de conocimiento que tengamos sobre la realidad y trascendencia de nuestro ser, daremos un determinado sentido a las cosas y en vez de hacer de la vida un valle de lagrimas, podemos hacer que sea un lugar maravilloso donde vivir todo tipo de experiencias, necesarias para nuestro crecimiento personal y espiritual.........
Las palabras sabias, se mantienen siempre en vigor a pesar del paso del tiempo. Este es el caso de la frase arriba anunciada, que nos refleja una realidad con respecto a la Ciencia de nuestros días. En algunos aspectos, se la puede calificar de astucia, ya que actúa contra toda ética y moral, vulnerando de esta forma las leyes naturales y apartándose de toda justicia. Y aunque su pretexto es velar por el bien de las personas, en realidad sus fines son egoistas y van mucho más allá, pretendiendo usurpar unos derechos que son exclusivos de la Naturaleza.
Lamentablemente, son muchas las personas que todavía no se dan cuenta de que viven condicionadas por una sociedad que a todas horas y a través de diferentes medios, trata de programarles sus vidas. Estas personas, son esclavas de unas ideas ajenas que les someten a un ritmo de vida que no es el suyo propio y que incluso en algunas ocasiones, les lleva al límite de sus posibilidades, con tal de conseguir los objetivos que les han impuesto los demás.
Este anunciado es realmente apropiado para los tiempos actuales, ya que la inmensa mayoría de las personas son conscientes de que nuestra sociedad se encuentra sumergida en una grave y progresiva decadencia en todos los sentidos, siendo muchas ya las victimas de sus negativas consecuencias. Pero de nada sirve lamentarse de esta triste situación, el único remedio posible sería que cada cual, aportara su granito de arena, intentando mejorar o superarse a nivel personal, y así cambiando cada uno de nosotros, lograríamos mejorar nuestra sociedad.
No podemos olvidar que todos nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, sean positivos o negativos, generan unos efectos o consecuencias, que inevitablemente pronto o tarde debemos afrontar. Quien a sabiendas de ello sigue albergando en su interior cualquier sentimiento negativo, como por ejemplo el odio, es consciente de que recaerán sobre si las consecuencias negativas de su erróneo proceder, por tanto al incurrir conscientemente en su contra, no hace más que evidenciar su escasa lucidez y su falta de inteligencia
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