Algunas mujeres que al ver a los medios se acercaban para denunciar que la comida ya no está alcanzando y que supuestamente no los atienden bien, se les indicó que por qué no salían a trabajar, a lo que respondió una de ellas que estaban albergadas y que no podía dejar solos a los chiquitos.
Y de los hombres, las mismas damas dicen que no tiene trabajo porque las empresas se fueron al agua “y no les dan empleo”.
Pero están ahí, viendo televisión. Lo único bueno es que los soldados no dejan pasar cervezas o trago. Y se tienen que aguantar.
La limpieza del sitio sólo lo hacen las mujeres, de los hombres sólo esperan que lleguen para que estén con ello, o se dedican a reclamar a las autoridades del por qué no tienen más comida.
Para unos es su sexto domingo que pasan en este sitio. Para otros es apenas su segundo, pero no por ello siguen añorando sus viviendas, humildes pero suyas. El problema se centra en que la gran mayoría que se encuentra albergada en La Piedra Angular está cruzada de brazos, sólo en espera que les llegue la ayuda por parte de las autoridades.
Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
Es un día supuestamente no laborable para muchos, pero para otros hay que estar en la chamba diaria. En este sitio ubicado en la ranchería Emiliano Zapata los hombres que son alrededor de 400, muy pocos porque no se tienen estadísticas de quienes sí están trabajando, salen en busca de tener un sustento para sus familias o ir juntando para cuando baje el agua, poder tener un dinerito para su regreso.
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